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Ucrania lanza misiles de largo alcance de EE. UU. contra Rusia: “Estamos listos para hacer más”
El uso de misiles de fabricación estadounidense marca un nuevo capítulo en el conflicto, mientras las tensiones entre ambas naciones siguen escalando.
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó este lunes que Ucrania llevó a cabo un ataque con misiles balísticos ATACMS, de fabricación estadounidense, contra una instalación militar ubicada en la región fronteriza de Briansk. Según el informe oficial, el ataque ocurrió a las 03:25 de la madrugada y, aunque cinco misiles fueron interceptados por sistemas antiaéreos S-400 y Pantsir, los fragmentos de un sexto proyectil impactaron dentro del recinto militar, provocando un incendio que fue controlado rápidamente.
El comunicado, difundido a través de Telegram, aseguró que no hubo víctimas mortales ni heridos en el ataque. Sin embargo, este evento ha intensificado las tensiones entre Rusia y Ucrania, especialmente tras reportes de medios occidentales que indican que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habría autorizado a Ucrania a usar misiles de largo alcance contra objetivos en territorio ruso, incluyendo la región de Kursk.
El Estado Mayor ucraniano había señalado previamente que un arsenal ruso en Briansk fue alcanzado con éxito, aunque evitó especificar el armamento utilizado. Mientras tanto, informes de prensa sugieren que las tropas norcoreanas desplegadas por Rusia en Kursk, estimadas inicialmente en miles, podrían incrementarse drásticamente en los próximos meses.
En respuesta a la autorización de ataques en suelo ruso con armamento occidental, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la adopción de una nueva doctrina nuclear que contempla el uso de armas atómicas en caso de agresiones convencionales significativas. Este paso subraya la creciente gravedad del conflicto y las posibles repercusiones globales.
Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, calificó el uso de los misiles ATACMS como una señal de escalada promovida por Occidente. En una rueda de prensa celebrada durante su visita a Brasil para la cumbre del G20, Lavrov acusó a especialistas estadounidenses de haber participado en el lanzamiento de los misiles, una afirmación que refuerza las denuncias de Rusia sobre la implicación directa de la OTAN en la guerra.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, compareció ante el Parlamento Europeo, instando a sus aliados occidentales a no temer aumentar la presión sobre Rusia. Zelensky advirtió que la permanencia de las tropas norcoreanas en territorio ruso, estimadas en 11 mil efectivos pero con el potencial de llegar a 100 mil, representa una amenaza significativa para la estabilidad de la región.
En una sesión extraordinaria por los mil días de la invasión rusa, Zelensky enfatizó la necesidad de mantener la presión económica y militar sobre Moscú, incluyendo la destrucción de infraestructura clave como bases aéreas y fábricas de misiles, para forzar a Rusia a negociar seriamente.
Con estas nuevas tensiones y declaraciones, la guerra entre Rusia y Ucrania alcanza un punto crítico que podría tener profundas consecuencias en el ámbito internacional. Las implicaciones de este conflicto, ya de por sí devastador, siguen extendiéndose más allá de las fronteras de ambas naciones, marcando un capítulo oscuro en la historia contemporánea.
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