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Violento motín en penal de Tabasco deja víctimas y provoca bloqueos y destrozos
Familiares exigen información ante la incertidumbre, mientras las autoridades despliegan un operativo para controlar la situación.
En la madrugada de este jueves, el Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (Creset), ubicado en Villahermosa, fue escenario de un violento motín que incluyó balaceras, incendios y enfrentamientos al interior del penal. Como resultado, se reportaron personas privadas de su libertad fallecidas y otras más heridas.
Afuera del penal, la tensión también escaló. Familias de los internos comenzaron a recibir llamadas desde las 5:00 de la mañana, alertándolos sobre los disturbios. En medio de la desesperación por obtener información sobre sus seres queridos, los familiares se trasladaron al reclusorio, ubicado sobre la carretera Frontera-Villahermosa. Ante la falta de respuestas, decidieron bloquear ambos carriles de la vía de forma indefinida, exigiendo que las autoridades proporcionen detalles de lo sucedido, una lista de víctimas o incluso que se les permita ingresar al penal, ya que los jueves están destinados a visitas.
La situación dentro del reclusorio fue caótica. Policías y elementos de seguridad ingresaron utilizando tanques de gas lacrimógeno para intentar retomar el control, mientras desde las instalaciones del penal se observaba una columna de humo que evidenciaba la magnitud de los disturbios. Afuera, efectivos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Defensa Nacional y la Guardia Nacional permanecieron desplegados para resguardar la zona y mantener el orden.
Aunque las autoridades aseguraron posteriormente que la situación dentro del penal había sido controlada, los hechos generaron un clima de miedo e incertidumbre en otros puntos del estado. En paralelo a los disturbios en el Creset, se reportaron ataques en los municipios de Centro, Nacajuca y Jalapa. Más de diez vehículos fueron incendiados, junto con tres tiendas Oxxo, y en la carretera hacia Cárdenas se colocaron ponchallantas, dificultando la circulación. Además, apareció una narcomanta con amenazas que, según testigos, podría estar relacionada con los eventos ocurridos.
Los manifestantes, angustiados por el posible fallecimiento o lesión de sus familiares, insistieron en que las autoridades, incluyendo al director del penal, brinden información clara y transparente. La incertidumbre, sumada al operativo de seguridad y las evidencias de violencia, ha incrementado la tensión tanto dentro como fuera del reclusorio.
Los incidentes reflejan la gravedad de la situación y la dificultad para garantizar la seguridad en los centros penitenciarios, dejando una vez más en evidencia los retos que enfrentan las autoridades para mantener el orden en estos espacios y proteger a la población externa de los efectos colaterales de estos actos de violencia.
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