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Quintana Roo

Tren Maya inicia su viaje inaugural: Una mezcla de esperanza en el desarrollo del sur de México y controversia por los daños medioambientales

Esperanzas y desafíos del Tren Maya: Un viaje de cambio en el sureste de México

La llegada del Tren Maya, la magna obra del presidente Andrés Manuel López Obrador, despierta esperanzas de visibilidad y crecimiento económico en el olvidado sureste de México, pero no sin desafíos. Los ejidatarios locales ven una oportunidad, aunque reconocen los impactos en la mano de obra y los modos de vida.

José Eduardo Angulo Cab, comisario ejidal de Laguna Guerrero, expresó a EFE durante un recorrido por la zona, “Yo creo que esto, al traer una derrama económica bastante grande para toda la zona, pues es obvio que va a haber una mejora económica y, por lo tanto, el nivel de vida de la zona tiene que aumentar.”

El proyecto del Tren Maya abarca más de mil 500 kilómetros de vía férrea, conectando cinco estados del sureste: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán. Según Angulo Cab, las obras en los tramos 6 (Tulum a Chetumal) y 7 (Chetumal hasta Escárcega) han generado una bonanza económica sin precedentes para productores y habitantes locales.

No obstante, la obra, considerada prioritaria, enfrenta críticas por su impacto ambiental. Activistas, como Roberto Rojo de la organización Sélvame del Tren, denuncian un ecocidio en la selva húmeda. “Calculamos que se asesinaron más de 10 millones de árboles de una de las selvas saludables que nos quedan en México,” lamentó Rojo.

El biólogo y espeleólogo habló en medio de las obras en Playa del Carmen, donde la maquinaria ha devastado extensas áreas verdes, dejando una imagen triste en contraste con la exuberancia habitual de la selva local.

Este viernes marca el primer viaje comercial del Tren Maya, anunciado desde el inicio del gobierno de López Obrador. Los boletos se agotaron rápidamente, evidenciando el interés público en este proyecto de infraestructura masivo.

Angulo Cab reconoció la incertidumbre postconclusión de la obra, planteando la pregunta crucial: “Con toda esa mano de obra que tienen actualmente en la zona, ¿cuál va a ser el plan del Gobierno?” La incertidumbre sobre el destino de los trabajadores resuena en una región que, mientras abraza la esperanza del desarrollo, también enfrenta las preocupaciones ambientales y sociales que acompañan al Tren Maya.

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