El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endurece las políticas migratorias con redadas en espacios considerados protegidos y refuerza la vigilancia marítima en el Golfo de México y otras áreas clave.
El gobierno del presidente Donald Trump dio luz verde a las redadas migratorias en lugares que anteriormente eran considerados zonas protegidas, como escuelas, iglesias y hospitales. Esta medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), revoca una directriz implementada durante la administración de Joe Biden que limitaba las acciones de las autoridades migratorias en estos espacios.
Según un portavoz del DHS, la nueva política busca “empoderar” a los agentes de migración para actuar con mayor rigor en la aplicación de las leyes, asegurando que “criminales extranjeros” no utilicen estos lugares para evadir la justicia. Sin embargo, no se presentaron pruebas concretas para respaldar estas afirmaciones.
Paralelamente, la Guardia Costera de Estados Unidos comenzó a reforzar la vigilancia en las fronteras marítimas, incluyendo el Golfo de México, al que un comunicado oficial denominó como “Golfo de América”. Este operativo se enmarca dentro de las órdenes ejecutivas del presidente Trump y tiene como objetivo frenar la migración irregular, el tráfico de drogas y posibles actividades terroristas.
El almirante Kevin Lunday, comandante interino de la Guardia Costera, señaló que se aumentará la presencia en seis regiones clave, entre las que destacan la frontera marítima entre Texas y México, las costas cercanas a Florida, y áreas alrededor de Alaska, Hawái, Guam y Puerto Rico. Además, se reforzará el patrullaje en las aguas cercanas a las Bahamas y en porciones del Pacífico entre Estados Unidos y México.
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Estas acciones se suman al despliegue de personal militar en zonas estratégicas, como el sureste de Florida, para prevenir un posible aumento en la migración marítima desde Haití y Cuba. Lunday destacó que el trabajo conjunto con el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Defensa permitirá detectar y disuadir amenazas antes de que lleguen a las fronteras estadounidenses.
En otro frente, más de 200 personas encarceladas por su participación en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 fueron liberadas tras recibir un indulto general por parte del presidente Trump. Este perdón benefició a más de 1,500 personas acusadas de intentar detener la certificación de los resultados electorales que dieron la victoria a Joe Biden.
Estas decisiones marcan un giro significativo en las políticas migratorias y de seguridad, reflejando la postura de Trump en favor de medidas más estrictas para controlar la inmigración y reforzar las fronteras. Sin embargo, las implicaciones a largo plazo de estas acciones aún están por verse.