Las autoridades judiciales de China llevaron a cabo la ejecución de Zhang Bo y Ye Chengchen, ambos de 29 años, tras ser declarados culpables de arrojar a dos niños, una niña de dos años y un niño de un año, desde la ventana de su apartamento en el piso 15 en 2020.
El Tribunal Supremo, en un comunicado, informó que el proceso garantizó los derechos de los acusados, incluyendo la defensa legal, y ratificó la pena de muerte tras examinar las pruebas. El doble homicidio, calificado como “extremadamente cruel,” tuvo lugar el 2 de noviembre de 2020.
Según la resolución judicial, Zhang ocultó su condición de casado y padre de dos hijos a Ye, con quien inició una relación en 2019. Después de formalizar el divorcio en 2020, Ye presionó a Zhang para deshacerse de los niños, argumentando que ni ella ni su familia aceptarían una relación con un hombre con descendencia.
Durante el juicio, Zhang afirmó que, en el momento del crimen, mantenía una videollamada con Ye, quien amenazaba con suicidarse cortándose las muñecas si él no acababa con la vida de los niños. En respuesta, Zhang lanzó a los pequeños por la ventana.
La abuela de los niños, tras la ejecución, expresó que, aunque la pérdida de sus nietos es un “dolor perpetuo,” la pena de muerte brinda “consuelo psicológico” y es “justa para los dos niños”.
Aunque China no publica datos oficiales sobre ejecuciones, informes de Amnistía Internacional sugieren que miles de estas se llevan a cabo en el país asiático.
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