En siete años, la plataforma ha generado ingresos significativos para el estado, aunque enfrenta oposición del sector hotelero tradicional.
En un periodo de siete años, Airbnb ha reportado una recaudación de mil millones de pesos por concepto del Impuesto al Hospedaje en Quintana Roo, lo que ha representado un aporte importante para las finanzas estatales. Sin embargo, la expansión de esta plataforma digital ha generado inconformidad en el sector hotelero tradicional, que se ha mostrado crítico ante el crecimiento de este modelo de alojamiento alternativo.
Ángel Terral, director de Airbnb para México, Centroamérica y el Caribe, explicó que de 2017 a 2024 la empresa ha realizado sus aportaciones fiscales a través de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan). Detalló que los impuestos son retenidos y pagados por los anfitriones, y destacó que desde el incremento de la tasa, el Impuesto al Hospedaje en Quintana Roo se ubica en un 6 %.
“Es un orgullo para Airbnb presentar estas cifras, que reflejan el compromiso que hemos mantenido. Por eso colaboramos con el cumplimiento fiscal entre la comunidad de anfitriones en Quintana Roo”, afirmó Terral, subrayando la importancia de la responsabilidad fiscal en el modelo de negocio de la plataforma.
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Quintana Roo se ha consolidado como uno de los mercados más relevantes para Airbnb en términos de recaudación, ya que el impuesto al hospedaje es de aplicación local en los servicios de alojamiento. La plataforma tiene presencia en todos los municipios del estado y se ha convertido en una de las opciones de hospedaje más populares para los visitantes.
Según datos de la Secretaría de Turismo estatal, actualmente hay 33 mil rentas activas en Quintana Roo. Playa del Carmen lidera la oferta con 10 mil 49 unidades, seguido de Cancún con ocho mil 929. Este crecimiento ha impulsado la recaudación fiscal, pero también ha intensificado la competencia con el sector hotelero tradicional, que ha expresado su desacuerdo ante el auge de las plataformas digitales de alojamiento.
Además del cumplimiento fiscal, Airbnb debe acatar la Ley de Turismo de Quintana Roo, que obliga a los anfitriones a obtener una licencia de funcionamiento para garantizar mayor seguridad en los alojamientos y registrar a los responsables. No obstante, en Cancún solo siete mil anfitriones han cumplido con este requisito, lo que ha generado cuestionamientos sobre la regulación y supervisión de este tipo de hospedajes.
En respuesta al crecimiento de su presencia en Quintana Roo, Airbnb firmó recientemente un convenio contra la trata de personas, con el fin de reforzar la seguridad en sus propiedades y contribuir a la vigilancia en los hospedajes. Esta medida busca atender preocupaciones relacionadas con el uso de propiedades para actividades ilícitas, un tema que ha generado debates sobre la regulación de las plataformas digitales de alojamiento.
El año pasado, la Sefiplan reportó que la recaudación total del Impuesto al Hospedaje en el estado alcanzó los tres mil millones de pesos, una cifra que refleja el impacto del turismo en la economía local. Sin embargo, el crecimiento de Airbnb y otras plataformas similares sigue siendo un tema de controversia en Quintana Roo, ya que su expansión plantea retos para la industria hotelera tradicional y genera discusiones sobre la equidad fiscal y la competencia en el sector turístico.
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