La presidenta Claudia Sheinbaum aclaró este fin de semana que los narcocorridos no están prohibidos, en respuesta al caos generado durante un concierto del cantante Luis R. Conriquez en la Feria de Texcoco 2025, donde fanáticos lo agredieron por negarse a interpretar este tipo de canciones.
Durante su show en el Palenque de Texcoco, el artista decidió no cantar corridos, lo que desató la molestia del público. En videos difundidos en redes sociales, se observa cómo asistentes lanzaron objetos y bebidas hacia el escenario. Conriquez y su equipo huyeron al camerino para resguardarse, poniendo fin anticipado al concierto.

Reacciones del cantante: “Es una situación compleja”
En un comunicado publicado al día siguiente, Luis R. Conriquez expresó su pesar por los hechos.
“Como artista, me apego a las nuevas normas que el gobierno solicita respecto a la interpretación de corridos”, declaró, reconociendo que su estilo musical se ha forjado precisamente a través de ese género.
“Espero que se comprenda esta situación. Haré cambios significativos en mis letras”, añadió, agradeciendo el respaldo del público que lo ha acompañado durante su carrera.
¿Qué dijo exactamente Sheinbaum?
En declaraciones a medios locales desde Aguascalientes, Claudia Sheinbaum fue tajante:
“No están prohibidos, eso es importante porque no los prohibimos. Lo que queremos es promover que la música tenga otros contenidos. Y todos tenemos que ir promoviendo eso”.
La mandataria subrayó que su gobierno no tiene una política de censura. “Estamos en contra de prohibir, de censurar. Lo que queremos es promover otros contenidos”, dijo, haciendo referencia directa al concurso musical México Canta, una nueva iniciativa federal que busca impulsar corridos sin apología a la violencia.
“México Canta y Encanta”: la estrategia del gobierno para cambiar la narrativa musical
Como parte de esta visión, el gobierno federal lanzó México Canta y Encanta, un certamen que convocará a jóvenes mexicanos, tanto en el país como en el extranjero, a componer música libre de violencia. Esta propuesta busca contrarrestar los mensajes de glorificación al crimen que, según diversas organizaciones civiles, están normalizados en algunas ramas de la música regional mexicana.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más del 50% de la población joven escucha música regional, y dentro de ese porcentaje, los corridos son uno de los subgéneros más populares. Esto demuestra su influencia en la cultura popular y la necesidad de abordar sus mensajes con responsabilidad.
¿Qué está pasando con los narcocorridos en otros estados?
Mientras Sheinbaum adopta una postura de no prohibición, algunos estados han optado por medidas más restrictivas. En febrero de 2025, el gobierno de Nayarit emitió un decreto que prohíbe la interpretación y reproducción de narcocorridos, corridos tumbados y otros géneros que “hagan apología de la violencia o el crimen”.
Estas medidas han sido respaldadas por algunos sectores sociales, pero también criticadas por otros que consideran que violan la libertad de expresión artística.
Casos recientes que reavivan el debate
El debate se intensificó aún más tras el reciente caso del grupo Los Alegres del Barranco, a quienes el gobierno de Estados Unidos revocó sus visas de trabajo y turismo. La decisión se produjo después de que proyectaran imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), durante conciertos en Jalisco y Michoacán.
El CJNG, junto con el Cártel de Sinaloa y la pandilla salvadoreña Mara Salvatrucha (MS-13), fue designado como organización terrorista extranjera por el Departamento de Estado de EE.UU. en febrero de 2025. Esto coloca a los contenidos que glorifican estos grupos bajo un escrutinio aún más riguroso a nivel internacional.
¿Qué sigue para los corridos en México?
La postura de Sheinbaum asegura que los narcocorridos no están prohibidos, pero propone una transformación cultural de fondo. En lugar de castigar, su estrategia apuesta por educar y fomentar contenidos positivos en la música.
En medio de una creciente preocupación por los efectos culturales de la violencia y la narcocultura, la discusión no parece cerrar pronto. Sin embargo, la presidenta ha marcado una línea clara: no se censura, pero sí se busca transformar.