¿Qué pasaría si te dijéramos que cada día, millones de estudiantes en México tienen acceso libre a productos que dañan su salud, incluso dentro de sus propias escuelas? Esta preocupante realidad ha motivado a diversas organizaciones a actuar. Hoy, te contamos sobre una nueva iniciativa que podría marcar un antes y un después en la alimentación escolar: lanzan plataforma para vigilar venta de comida chatarra en escuelas de México.
Una respuesta tecnológica a un problema persistente
La venta de comida chatarra en escuelas ha sido una problemática latente desde hace años, a pesar de las múltiples regulaciones promovidas por el gobierno mexicano. Sin embargo, el cumplimiento de estas normas ha sido irregular y difícil de monitorear.
Para hacer frente a este desafío, organizaciones que forman parte de la Alianza por la Salud Alimentaria presentaron una plataforma para monitorear el cumplimiento de la regulación de alimentos permitidos y no permitidos en todas las escuelas del país, tras un mes de implementarse de forma obligatoria. A través de la plataforma en el sitio www.miescuelasaludable.org, madres, padres, directivos, docentes y estudiantes podrán reportar si se siguen vendiendo refrescos, bebidas azucaradas, productos ultraprocesados, así como saber si hay una oferta de alimentos saludables como frutas, verduras, semillas y cereales, acceso a agua potable y si existen comités de vigilancia.
¿Cómo funciona la nueva plataforma para vigilar venta de comida chatarra en escuelas de México?
Esta herramienta en línea, llamada Mi Escuela Saludable, permite a cualquier ciudadano (padres de familia, estudiantes, maestros o personal escolar) reportar la venta de productos que violen la normatividad vigente.
Los reportes pueden incluir:
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Nombre y ubicación de la escuela.
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Tipo de alimentos chatarra detectados.
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Evidencia fotográfica.
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Descripción del contexto de venta (dentro de la escuela, en cooperativas o por vendedores externos).
La plataforma para vigilar venta de comida chatarra en escuelas de México también se vincula con la base de datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para validar la información proporcionada y generar un mapa de calor con las escuelas que presentan mayores violaciones.
¿Por qué es importante esta iniciativa?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el 35% de los niños en edad escolar en México tienen sobrepeso u obesidad, y uno de los principales factores de riesgo es el consumo de productos ultraprocesados como refrescos, frituras, galletas, pastelillos y dulces.
Aunque desde 2014 existe una normatividad que prohíbe la venta de estos productos en escuelas, la falta de mecanismos de supervisión efectivos ha limitado su cumplimiento. La nueva plataforma busca precisamente cerrar esa brecha, promoviendo la participación ciudadana y la transparencia.
El rol del gobierno y las ONG
Aunque esta es una iniciativa impulsada por la sociedad civil, se espera que tenga eco en las instituciones públicas. Alianza por la salud alimenraria y otras ONG han solicitado a la Secretaría de Salud y a la SEP que den seguimiento a los reportes ciudadanos y apliquen sanciones donde corresponda.
Además, se ha planteado la necesidad de reforzar las campañas educativas sobre alimentación saludable y promover la venta exclusiva de alimentos naturales y nutritivos dentro de las escuelas.
¿Qué impacto se espera?
La plataforma se encuentra actualmente en fase piloto en cinco estados: Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca, Veracruz y Jalisco. Si los resultados son positivos, se prevé su expansión nacional durante el próximo ciclo escolar.
Expertos en salud pública consideran que este tipo de herramientas pueden empoderar a las comunidades escolares y generar presión para el cumplimiento de las leyes sanitarias, lo que se traduciría en un entorno más saludable para los niños y niñas de México.
La venta de comida chatarra en escuelas no solo es un tema de regulación, sino de salud pública. Con el lanzamiento de esta nueva plataforma, México da un paso firme hacia el fortalecimiento del entorno escolar saludable. Lo más importante ahora será el seguimiento, la acción del gobierno y la participación activa de la ciudadanía.