La conservación de cenotes y su importancia ecológica en Yucatán va mucho más allá de proteger un sitio turístico, se trata de salvaguardar una fuente vital de agua que alimenta a los tres estados de la Península de Yucatán, además de ser un ecosistema único y un legado ancestral.
Los cenotes son verdaderas joyas naturales que merecen respeto, cuidado y admiración, es un mundo subterráneo, son cuevas inundadas de agua cristalina, túneles de piedra caliza y vestigios de civilizaciones antiguas que se conservan mejor que en cualquier museo.
Ese mundo existe, y se encuentra justo debajo de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, los cenotes no solo son una maravilla natural: son fuentes de vida, historia y equilibrio ecológico.

¿Qué son los cenotes y por qué son únicos?
Los cenotes son cuerpos de agua dulce y salada,que se forman cuando el techo de una caverna se colapsa, dejando expuesta una parte del sistema subterráneo. En la península de Yucatán, donde no hay ríos superficiales, estos cuerpos de agua han sido vitales para la vida humana y la biodiversidad durante miles de años.
El origen de los cenotes proviene de un proceso llamado meteorización química, hace millones de años, la lluvia ácida erosionó el suelo de carbonato de calcio, formando cuevas que luego se inundaron.
Este proceso dio lugar a una red de cavernas subterráneas inundadas como una gran cisterna natural que además se conectan y muchos siguen sin ser explorados.
Valor histórico y cultural de los cenotes
Para la civilización maya, los cenotes eran mucho más que fuentes de agua, eran portales sagrados hacia el inframundo, conocidos como Xibalbá.
En ellos realizaban ceremonias religiosas y, en ocasiones, sacrificios humanos, muchos cenotes contienen restos arqueológicos que han sido protegidos gracias a las propiedades únicas del agua: sedimentos finos, baja temperatura y falta de luz, lo que evita la descomposición acelerada.
Estas características han permitido conservar desde herramientas y cerámica hasta restos humanos, convirtiendo a los cenotes en verdaderos archivos del pasado, de hecho, muchos hallazgos en estos cuerpos de agua han reescrito lo que se sabía sobre la vida en Mesoamérica.

Importancia ecológica de los cenotes
Los cenotes son ecosistemas frágiles, pero increíblemente ricos, en su interior viven especies endémicas, es decir, que no existen en ningún otro lugar del mundo.
Algunos peces, crustáceos e insectos han evolucionado durante siglos para adaptarse a la oscuridad y las condiciones químicas del agua.
Además, los cenotes funcionan como filtros naturales que purifican el agua de lluvia y la conducen hacia los acuíferos subterráneos, esto garantiza el suministro de agua potable a muchas comunidades de la región.
Sin cenotes, el equilibrio ecológico del sureste mexicano estaría en peligro.
Amenazas actuales: el impacto humano
A pesar de su valor natural y cultural, muchos cenotes en Yucatán están en peligro, la expansión urbana, el turismo descontrolado, la contaminación y grandes proyectos como el Tren Maya han contribuido a su deterioro.
Entre las prácticas más dañinas se encuentran:
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La contaminación directa: muchas personas arrojan basura, colillas, productos químicos, plásticos y hasta electrodomésticos en estos cuerpos de agua.
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Falta de regulación turística: el turismo sin supervisión daña los ecosistemas internos, altera la fauna y contamina el agua con bloqueadores solares y residuos.
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Construcción sin estudios de impacto ambiental: algunas edificaciones cercanas interrumpen el flujo natural del agua y pueden provocar colapsos o inundaciones.
La limpieza y conservación de cenotes: una necesidad urgente
La limpieza y conservación de los cenotes no es solo tarea del gobierno, es responsabilidad de todos, de hecho existen varias iniciativas locales que promueven su cuidado, como campañas de limpieza comunitarias, talleres educativos y monitoreo ambiental con drones y buzos especializados.
El espeleólogo Sergio Grosjean Abimerhi, ha liderado la Expedición Grosjean, un proyecto dedicado a documentar y proteger los cenotes de Yucatán.
Gracias a estas acciones, se han recuperado zonas afectadas y se ha generado conciencia social sobre su valor.
¿Qué puedes hacer tú?
Aunque no vivas cerca de un cenote, puedes contribuir de muchas formas:
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Si visitas uno, no uses bloqueadores solares ni cremas antes de nadar.
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No tires basura ni colillas, y si ves algo mal, repórtalo.
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Participa en actividades de limpieza o donaciones a organizaciones locales.
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Comparte información sobre la importancia de estos ecosistemas.
Cada acción cuenta. Si cuidamos los cenotes hoy, estamos asegurando el agua del mañana y preservando un pedazo invaluable de nuestra historia.
Ahora que conoces su historia, su función ecológica y los peligros que enfrentan, ¿qué estás dispuesto a hacer para protegerlos? Los cenotes nos han dado mucho.