El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, se reunieron en la base militar Elmendorf-Richardson, en Anchorage. La cumbre de Trump y Putin en Alaska se desarrolló durante más de seis horas e incluyó un cara a cara prolongado, un desayuno de trabajo con sus delegaciones y una rueda de prensa conjunta. El encuentro es considerado uno de los más importantes entre ambos mandatarios en el actual contexto geopolítico.

Trump y Putin en Alaska tuvieron una reunión productiva, pero sin acuerdo de paz
Trump calificó la cita como “extremadamente productiva”, aunque reconoció que no se alcanzó un acuerdo definitivo para un alto al fuego en Ucrania. También aseguró que informará a los socios de la OTAN y al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sobre lo discutido.
Por su parte, Putin destacó que la reunión era un paso necesario. Señaló que “si Trump hubiera estado en el poder en 2022, la guerra no existiría”, dejando clara su visión sobre el papel de Estados Unidos en el conflicto.
Seguridad y simbolismo histórico
La primera visita de un presidente ruso a Alaska
La cumbre tuvo un fuerte simbolismo: fue la primera vez que un presidente ruso pisó Alaska, territorio que perteneció a Rusia hasta 1867, cuando fue vendido a Estados Unidos. Este hecho reviste gran importancia estratégica, ya que el Ártico se ha convertido en una zona clave de interés económico, militar y medioambiental.
La demostración de poder militar
El encuentro estuvo acompañado de un despliegue visual impresionante: Putin llegó en su propia limusina desde Moscú, mientras la base militar fue asegurada con cazas F-22 y sobrevolada por un bombardero B-2. Estos gestos dejaron ver tanto la tensión internacional como la fuerza de la diplomacia entre ambas potencias.
Cooperación en medio de la tensión
Aunque no se concretaron acuerdos de paz, Trump y Putin en Alaska abordaron temas de cooperación económica y control nuclear. Estos puntos reflejan un intento de abrir canales de diálogo en medio de la crisis global y el aislamiento diplomático de Rusia.
Putin cerró la cumbre con una declaración significativa:
“La próxima vez, en Moscú”, lo que deja abierta la puerta a una futura reunión bilateral en territorio ruso.
La reunión de Trump y Putin en Alaska no representó el fin inmediato de la guerra en Ucrania, pero sí un acercamiento que podría redefinir las relaciones internacionales. Trump refuerza su papel como mediador, mientras Putin rompe parte de su aislamiento en la escena global.