El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que el próximo 15 de agosto se llevará a cabo la reunión Trump y Putin en Alaska, con el objetivo de discutir un posible fin a la guerra en Ucrania. El encuentro, que ya genera debates internacionales, podría convertirse en un momento clave para la diplomacia mundial.
Antecedentes de las reuniones entre líderes
La última vez que Vladímir Putin habló cara a cara con un presidente estadounidense fue en 2021, con Joe Biden en Ginebra. Antes de eso, en 2018, el propio Trump se reunió con el líder ruso en Helsinki. Ahora, la reunión Trump y Putin en Alaska marcará el regreso de ambos mandatarios a un diálogo directo tras años de tensiones.
Propuestas polémicas sobre la mesa
Uno de los temas más controvertidos que podrían discutirse en la reunión Trump y Putin es la propuesta de un “intercambio de territorios” como parte de un eventual acuerdo de paz. Esta idea ha sido rechazada por Kiev y por varias capitales europeas, ya que Ucrania mantiene su posición de no ceder ninguna zona ocupada por Rusia.
Estrategia económica previa al encuentro
Paralelamente, Trump ha intensificado la presión económica sobre Moscú. Ha impuesto aranceles a países como India, que compran petróleo ruso. Analistas consideran que esta estrategia busca llegar a la negociación con una ventaja política y económica que influya en las discusiones de Alaska.
Postura de Moscú ante la cita
El Kremlin ha descrito la reunión como “una oportunidad para el diálogo directo” y ha dejado claro que buscará garantías de seguridad y el reconocimiento internacional de los territorios que controla en Ucrania. Estas demandas podrían convertirse en el mayor obstáculo para lograr un acuerdo.
Hasta ahora, no se ha confirmado si habrá representación ucraniana o mediadores externos en la reunión. Aun así, se espera que este encuentro sea uno de los eventos diplomáticos más observados del año, con posibles repercusiones más allá del conflicto en Europa del Este.