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Los Diablos Rojos del México conquistan su 17º campeonato en la LMB tras derrotar a los Sultanes de Monterrey
Con una destacada actuación de Brooks Hall en el montículo, el equipo capitalino aseguró el título de la Liga Mexicana de Béisbol al vencer 4-2 a los Sultanes, coronándose campeones de la Serie del Rey y sumando un nuevo trofeo a su extensa historia.
Los Diablos Rojos del México han vuelto a alzar la copa de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) después de una década de espera. El equipo capitalino se impuso 4-2 a los Sultanes de Monterrey en la Serie del Rey, asegurando así su 17º campeonato en la historia del club. Con una soberbia labor de pitcheo por parte de Brooks Hall, quien fue clave para la victoria, los Diablos cerraron con broche de oro una temporada espectacular.
El pitcheo del México fue dominante a lo largo de la serie, acumulando 29 entradas sin permitir una sola carrera de los regiomontanos. No fue sino hasta la novena entrada del juego final que los Sultanes rompieron la racha de blanqueadas, anotando dos carreras que evitaron una nueva blanqueada consecutiva.
En la noche del lunes, Brooks Hall (3-0), quien terminó como el pitcher ganador del encuentro, logró retirar a 16 bateadores de manera consecutiva. Mantuvo el juego perfecto durante cinco entradas y un tercio, hasta que Jonathan Morales conectó un hit en la sexta. Por el lado de los Sultanes, Julio Teherán (3-3) cargó con la derrota.
Con el lanzador Trevor Bauer como una de las figuras más destacadas de la campaña 2024 y Robinson Canó como otra estrella, los Diablos Rojos lograron cumplir con las expectativas de sus seguidores, quienes anhelaban una nueva corona.
El México Rojo aprovechó su oportunidad desde el primer inning, cuando anotaron todas sus cuatro carreras, explotando el pitcheo del abridor de los Sultanes desde temprano. Franklin Barreto y Robinson Canó iniciaron con sencillos, lo que dio pie a un cuadrangular de José Marmolejos, que rápidamente puso la pizarra 3-0. Luego, Juan Carlos Gamboa conectó un doble y anotó gracias a un hit de Julián Ornelas.
Los Sultanes, que habían sido dominados durante gran parte de la serie, evitaron otra blanqueada al anotar dos carreras en la novena entrada, gracias a un hit de Asael Sánchez y una rola de Carlos Soto.
Después de un error que permitió las dos carreras de los Sultanes, Canó se redimió al atrapar un elevado de José Cardona, cerrando así el partido con el out 27 y desatando la celebración del título para los capitalinos.
El éxito de los Diablos Rojos fue construido con una sólida base de jugadores mexicanos, aprovechando al máximo las nuevas reglas de competencia que permiten hasta 20 jugadores extranjeros por equipo. Desde el inicio de la temporada, el club asignó a jugadores clave como Roberto Ramos, Ricardo Valenzuela y Sasagi Sánchez a otros equipos, una estrategia que rindió frutos.
El récord del equipo durante la temporada regular fue impresionante, terminando con una marca de 71 victorias y solo 19 derrotas. Trevor Bauer estuvo cerca de ganar la triple corona de pitcheo, mientras que Robinson Canó fue el campeón de bateo con un impresionante promedio de .431. Además, Julián Ornelas destacó como líder en carreras impulsadas con 84.
Este rendimiento excepcional se mantuvo en los playoffs, donde los Diablos Rojos remontaron una desventaja de 0-3 en la final de la división Sur frente a los Guerreros de Oaxaca, logrando ganar ocho juegos consecutivos, incluidos los de la Serie del Rey.
Después de 10 años, los Diablos vuelven a lo más alto del béisbol mexicano, emulando su victoria del 2014, cuando también barrieron en la final a los Pericos de Puebla. Este campeonato consolida al equipo como uno de los grandes del béisbol nacional, culminando un año memorable que incluyó partidos de pretemporada contra los Yankees de Nueva York y las contrataciones de Canó y Bauer.
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