Hablar de los juegos inolvidables de los Tigres en el Estadio Beto Ávila es recorrer una historia llena de pasión, remontadas imposibles y momentos que siguen vivos en la memoria de miles de aficionados. Desde su llegada a Cancún, los Tigres han protagonizado encuentros que definieron temporadas completas y reforzaron su legado como uno de los equipos más importantes de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
De Veracruz a Cancún: una nueva era
El Estadio Beto Ávila, nombrado así en honor al primer mexicano en jugar Grandes Ligas como titular, se convirtió en la casa de los Tigres en 2007. A lo largo de los años, este recinto ha sido testigo de partidos épicos, incluyendo finales de zona, partidos de temporada regular memorables y triunfos inesperados que llenaron de júbilo las gradas.
H3. El primer gran juego: victoria sobre Diablos
Uno de los juegos inolvidables de los Tigres en el Estadio Beto Ávila ocurrió en su temporada debut en Cancún, cuando vencieron a los Diablos Rojos del México en una serie que reavivó una de las rivalidades más intensas del béisbol mexicano. El ambiente fue eléctrico, y la victoria marcó un antes y un después para la afición caribeña.
Remontadas históricas y noches legendarias
La remontada del 2011: un clásico moderno
En 2011, durante una serie de playoff, los Tigres protagonizaron una remontada impresionante tras ir perdiendo por cinco carreras en la octava entrada. Con batazos certeros y una defensa cerrada, voltearon el marcador para llevarse uno de los juegos más intensos jamás jugados en el estadio.
Juegos de estrellas y momentos mágicos
El Beto Ávila también ha albergado Juegos de Estrellas de la LMB, donde los mejores peloteros del país se dan cita. En estos eventos, la afición cancunense ha sido protagonista, llenando las gradas y convirtiendo el estadio en una verdadera fiesta del deporte.
La afición: el motor de cada hazaña
Los juegos inolvidables de los Tigres en el Estadio Beto Ávila no serían lo mismo sin su afición. Los cánticos, la música, la pasión en cada jugada han sido clave para convertir este recinto en un verdadero fortín. No importa el marcador, la energía en las gradas ha impulsado al equipo en los momentos más difíciles.