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Biden Firma Orden Ejecutiva para Restringir Solicitudes de Asilo en la Frontera con México

En una medida que representa uno de sus movimientos migratorios más duros, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado una orden ejecutiva que restringe drásticamente las solicitudes de asilo en la frontera con México. La acción se produce en plena campaña electoral de cara a las elecciones de noviembre.

El presidente Joe Biden ha firmado este martes una orden ejecutiva que impondrá estrictas restricciones a las solicitudes de asilo en la frontera con México. La medida, que entra en vigor de inmediato, permitirá a las autoridades estadounidenses deportar a aquellos que no cumplan con rigurosos criterios de asilo cuando las detenciones diarias en la frontera superen las 2,500. Altos funcionarios del gobierno estadounidense detallaron estas disposiciones a la prensa.

Biden, quien ha estado considerando esta acción unilateral durante meses, tomó esta decisión después de que colapsara un acuerdo bipartidista sobre el tema migratorio. Los republicanos, bajo la presión de Donald Trump, rechazaron el acuerdo, llevando al presidente demócrata a actuar por su cuenta.

La nueva orden establece que los protocolos para solicitar asilo se relajarán una vez que las detenciones diarias promedio disminuyan a 1,500 durante un periodo de 14 días. Sin embargo, alcanzar este umbral podría ser difícil, ya que la última vez que se registró un promedio de detenciones tan bajo fue en julio de 2020, en plena pandemia.

Según los funcionarios, aquellos que lleguen a la frontera y superen el umbral de 2,500 detenciones diarias estarán sujetos a un “estándar significativamente más alto” para calificar para el asilo. En concreto, los migrantes deberán demostrar una “posibilidad razonable” de sufrir torturas o persecución si son devueltos a sus países de origen.

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A pesar de las estrictas medidas, los funcionarios aseguraron que Estados Unidos continuará cumpliendo con sus obligaciones bajo la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura, que prohíbe la expulsión de personas a países donde puedan ser torturadas. Sin embargo, aquellos migrantes que no logren cumplir con estos elevados estándares serán deportados en cuestión de “horas” o “días”, dependiendo de su nacionalidad.

Los migrantes mexicanos, así como los nacionales de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, serán devueltos directamente a México en virtud de acuerdos previos entre Estados Unidos y las autoridades mexicanas. Los migrantes provenientes de otros países, tanto dentro como fuera del continente americano, como Colombia o Ecuador, serán expulsados en vuelos de deportación.

La orden contempla algunas excepciones. Los menores no acompañados, las víctimas de tráfico de personas, aquellos con emergencias médicas agudas o quienes enfrenten amenazas extremas para su vida y seguridad no estarán sujetos a las nuevas restricciones. Además, las personas que hayan solicitado una cita a través de la aplicación móvil CBP One, que ofrece aproximadamente 1,450 citas diarias para pedir asilo, seguirán siendo procesadas.

El presidente Biden firmó la orden ejecutiva en un evento en la Casa Blanca a las 14:00 horas locales, acompañado por varios alcaldes de la frontera. Esta medida, su acción unilateral más agresiva hasta la fecha, llega después de intentos fallidos de alcanzar un acuerdo bipartidista en el Congreso y a seis meses de las elecciones, donde Biden aspira a un segundo mandato. La campaña de Donald Trump ya ha criticado la medida, calificándola de “amnistía”.

En respuesta a esta orden ejecutiva, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que discutirá la medida con Biden en una llamada telefónica. Durante su conferencia de prensa matutina, López Obrador mencionó: “Tenemos pendiente una llamada telefónica con el presidente Biden, probablemente hoy, sobre esto, sobre el tema migratorio. Hemos venido avanzando bien, hay posturas de los dos gobiernos, primero, que mantengamos una relación de respeto a nuestras soberanías, que busquemos una política de buena vecindad”.

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Aunque no ofreció una opinión concreta sobre la orden ejecutiva, López Obrador reiteró su postura de que las causas de la migración deben ser abordadas y que no se debe pensar en construir muros, militarizar la frontera o cerrarla.

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