La Ley de la Guardia Nacional fue aprobada en la Cámara de Diputados con 349 votos a favor, lo que marca un giro profundo en la estrategia de seguridad pública en México. Con esta nueva legislación, se formaliza el traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, otorgándole facultades que antes eran exclusivas de agencias de inteligencia.
Guardia Nacional con nuevas atribuciones
La Ley de la Guardia Nacional establece que esta fuerza de seguridad estará ahora adscrita a la SEDENA, con atribuciones para realizar tareas de investigación, inteligencia, operaciones encubiertas y hasta la intervención de comunicaciones privadas. Estas disposiciones han generado un amplio debate político y social sobre la militarización del país.
La oposición ha calificado esta reforma como un “retroceso democrático” y denunció que se abre la puerta a un esquema de vigilancia masiva. Sin embargo, los legisladores de Morena defendieron que la Ley de la Guardia Nacional no pierde su carácter civil y se rige por una estrategia nacional avalada por el Senado.
La oposición se opone a las nuevas facultades
Las bancadas del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano denunciaron que esta legislación transforma a la Guardia Nacional en una herramienta de espionaje y vigilancia. El diputado Guillermo Anaya la llamó directamente “la ley espía”. Argumentaron que la seguridad pública debe construirse con policías civiles, de proximidad y con enfoque ciudadano.
La Ley de la Guardia Nacional también fue señalada por autorizar labores como vigilancia en internet, usuarios simulados, y operaciones encubiertas sin supervisión externa clara, lo cual, según los críticos, representa una amenaza a los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Funciones estratégicas bajo mando militar
Entre las nuevas atribuciones establecidas por la reforma, se incluyen:
- Operaciones encubiertas con usuarios simulados.
- Intervención de comunicaciones privadas, previa autorización judicial.
- Vigilancia en pasos fronterizos, aduanas y vías federales.
- Coordinación con gobiernos estatales y municipales.
- Salvaguarda del orden y la paz en zonas de alto riesgo.
Además, se confirma que el mando supremo de la Guardia Nacional será designado directamente por la Presidencia, a propuesta de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que consolida el control militar sobre la institución.
Reacciones encontradas y próximos pasos legales
A pesar de las 170 reservas presentadas, la mayoría de Morena y sus aliados avanzaron con la aprobación en lo general. El debate continúa en tribunales y entre organizaciones civiles, que evalúan impugnaciones constitucionales.
Para la ciudadanía, la entrada en vigor de la Ley de la Guardia Nacional plantea nuevas preguntas sobre privacidad, vigilancia y el rumbo que tomará el país en materia de seguridad pública durante la administración actual.