La empresa concesionaria enfrenta una crisis interna sin precedentes el pasado 29 de mayo. Aguakan colapsa por protesta de trabajadores, en lo que ya se perfila como una de las mayores movilizaciones laborales en el sector hídrico del sureste mexicano. La raíz del conflicto gira en torno a despidos injustificados y condiciones que los empleados califican como insostenibles. Desde primeras horas del día, al menos 600 trabajadores de Aguakan se congregaron en las inmediaciones de las instalaciones principales, generando afectaciones inmediatas.
- Suspensión de servicios en varias colonias
- Reclamos por la falta de diálogo con la empresa
Despidos masivos y violación de derechos laborales
La raíz del problema está directamente relacionada con despidos injustificados ocurridos durante las últimas semanas. Según testimonios de los propios empleados, muchos de ellos fueron notificados sin previo aviso, sin justificación legal clara y sin respeto a sus contratos colectivos. La molestia generalizada responde además a una violación a sus derechos laborales y sindicales, agravada por la falta de respuesta efectiva de la empresa frente a las denuncias internas. En este contexto, los trabajadores decidieron llevar a cabo una protesta masiva que paralizó actividades clave.
600 trabajadores de Aguakan alzan la voz
La cifra no es menor. Cerca de 600 trabajadores de Aguakan participaron activamente en la movilización, respaldados por diversas organizaciones sindicales. En los carteles se podía leer una exigencia clara: respeto al contrato laboral y cese de represalias. La protesta, además, provocó un efecto inmediato en la comunidad: varias colonias reportaron estar sin servicio de agua potable, lo que añadió presión a la empresa por resolver la situación a la brevedad.
Impacto social y exigencias a la empresa
El reclamo colectivo dejó al descubierto una estructura empresarial frágil ante el descontento laboral. “Nos despidieron sin justificación, sin liquidación y sin respetar nuestros derechos”, comentó un vocero de los empleados afectados. En medio del caos, se reiteró que Aguakan colapsa por protesta de trabajadores, lo cual refleja no solo la magnitud de la movilización, sino el grado de desorganización interna. La denuncia por violación a sus derechos laborales y sindicales fue reiterada, al igual que la exigencia de establecer mesas de negociación inmediatas para frenar la crisis. El silencio de la directiva solo ha contribuido a escalar el conflicto, que podría agravarse si no se atienden las demandas con urgencia. Las autoridades locales aún no se han pronunciado oficialmente.
De no encontrar una pronta solución, se teme que nuevas movilizaciones agraven el impacto social. Mientras tanto, la ciudadanía sigue padeciendo las consecuencias: cortes de agua, acumulación de residuos y malestar generalizado. La frase Aguakan colapsa por protesta de trabajadores ya resuena con fuerza tanto en redes sociales como en medios locales, siendo símbolo de una lucha por justicia laboral que no parece tener vuelta atrás.