Estudiantes de Harvard protestan en el campus de Cambridge, luego de que el gobierno del presidente Donald Trump anunciara la cancelación de todos los contratos federales restantes con la institución, una medida valuada en aproximadamente 100 millones de dólares.
Esta decisión se inscribe dentro de una serie de acciones emprendidas por la administración Trump, con las que se busca forzar a la universidad a ceder control sobre aspectos clave de su autonomía institucional. Las áreas que el gobierno federal pretende influir directamente incluyen:
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El currículo académico
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Los procesos de admisión
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Las investigaciones financiadas con fondos públicos
Motivo por el que estudiantes de Harvard protestan
La comunidad estudiantil y académica de Harvard ha calificado la medida como un ataque a la libertad educativa y a la independencia institucional. La universidad se ha negado tajantemente a permitir intervenciones gubernamentales en estos rubros, lo que derivó en una confrontación abierta con el gobierno federal.
La protesta, liderada por estudiantes, se intensificó con la presencia de cientos de personas en el campus de Cambridge. Con pancartas que decían “Trump = traidor” y gritos como “a quienes hoy están en clases, déjenlos quedarse”, los manifestantes hicieron énfasis en la situación de los alumnos internacionales, quienes se verían afectados por la cancelación de acreditaciones que permiten el ingreso de estudiantes y visitantes extranjeros a la institución.
Contexto político y medidas del gobierno
El anuncio de la cancelación de los contratos fue realizado por funcionarios del Departamento de Educación y del Departamento de Seguridad Nacional, quienes justificaron la decisión como una “revisión estructural del uso de fondos públicos en instituciones ideológicamente sesgadas”.
Entre los contratos cancelados, se encuentran convenios relacionados con:
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Programas de investigación científica
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Desarrollo de tecnologías para la defensa cibernética
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Estudios sobre cambio climático
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Proyectos de inclusión académica
Las autoridades universitarias responden
El departamento legal de la universidad ha iniciado un proceso judicial para revertir la cancelación de los contratos.
Una orden judicial temporal cambia el escenario
En una respuesta inmediata a la crisis, un juez federal emitió una orden temporal que suspende la revocación de los contratos federales, al menos hasta que se lleve a cabo una audiencia clave programada para el próximo jueves. En esa sesión, se determinará si el gobierno puede continuar con la medida o si debe restituir los fondos y contratos a la universidad.
Esta resolución ofrece un respiro temporal, pero no garantiza una solución definitiva al conflicto.
Ceremonias de graduación bajo tensión
Las protestas coinciden con el inicio de las ceremonias de graduación de miles de estudiantes de Harvard, quienes han sido acompañados por sus familias en un ambiente de incertidumbre y descontento. Muchos actos académicos han sido reprogramados o modificados para adaptarse al clima de protesta generalizado.
El evento, que tradicionalmente representa una celebración del logro académico, se ha transformado en una muestra pública de solidaridad y resistencia frente a lo que los estudiantes consideran un ataque político sin precedentes.
La cancelación de contratos por parte del gobierno de Trump no solo afecta el financiamiento de Harvard, sino que plantea un precedente preocupante sobre la autonomía de las instituciones educativas en Estados Unidos. La respuesta contundente de estudiantes, autoridades y la intervención judicial demuestran que el caso tendrá implicaciones más allá de las aulas de Cambridge.
Mientras el país observa de cerca, el desenlace de esta disputa marcará el futuro de la relación entre las universidades y el poder federal.