El gobierno de Estados Unidos ha decidido suspender de manera inmediata la importación de ganado en pie proveniente de México debido a nuevos brotes confirmados de gusano barrenador, lo que ha generado una crisis en la industria ganadera nacional. Esta medida, bajo el argumento de protección sanitaria, implica que EU cierra puertas al ganado mexicano, afectando directamente a miles de productores y exportadores. La decisión ha provocado alarma en las zonas rurales, donde gran parte de la economía depende de este comercio transfronterizo.
Impacto económico y sanitario de la suspensión
La reaparición del gusano barrenador en el territorio mexicano ha reactivado temores históricos en el sector agropecuario. Esta plaga, oficialmente conocida como Cochliomyia hominivorax, es una larva de mosca que invade heridas abiertas en animales de sangre caliente, alimentándose de su carne viva. Esto no solo provoca un sufrimiento intenso en el ganado, sino también pérdidas millonarias por muerte de animales, tratamientos veterinarios costosos y caída en la calidad de la carne. Con ello, se suspende la importación de ganado vivo hasta nuevo aviso por parte de las autoridades sanitarias estadounidenses. La medida se extenderá al menos hasta que México logre demostrar control total de los brotes mediante campañas sanitarias coordinadas con organismos internacionales.
El cierre comercial representa un golpe directo a uno de los sectores exportadores más activos del país. Según cifras oficiales, más de 1.2 millones de cabezas de ganado en pie eran exportadas anualmente hacia el mercado estadounidense, representando ingresos por más de 800 millones de dólares. En consecuencia, vuelven a cerrar puertas a la exportación del ganado en pie mexicano, afectando también a los transportistas, centros de acopio y veterinarios involucrados en el proceso. Las personas afectadas por esta decisión no solo enfrentan pérdidas económicas, sino también incertidumbre laboral y tensiones sociales.
Brotes en México: una amenaza latente
Los brotes recientes se han detectado en regiones del sureste del país, principalmente en áreas ganaderas de Chiapas y Tabasco. Las autoridades mexicanas, en coordinación con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), han intensificado las labores de monitoreo, detección temprana y control mediante la técnica del insecto estéril. No obstante, la reaparición del gusano barrenador genera preocupación, ya que esta plaga fue considerada erradicada en México desde el año 1991 gracias a campañas bilaterales con Estados Unidos. La aparición de nuevos focos sugiere que la vigilancia sanitaria podría haberse relajado en los últimos años o que ha habido ingreso del parásito desde regiones no controladas de Centroamérica.
El gusano barrenador no solo afecta a bovinos, sino también a otros animales de sangre caliente como caballos, cerdos, venados, e incluso mascotas como perros y gatos. En casos extremos, puede afectar a seres humanos si se infectan heridas abiertas. Esta condición, llamada miasis, es dolorosa y peligrosa, especialmente en áreas rurales sin acceso a servicios médicos. Por ello, Estados Unidos ha justificado su postura señalando que no aceptará ningún tipo de importación mientras exista riesgo de contagio desde ganado mexicano.
Medidas preventivas y futuras acciones
Ante esta situación, México ha desplegado brigadas sanitarias y reforzado los puntos de inspección pecuaria. También se han iniciado campañas de concientización para los productores sobre la detección temprana del gusano barrenador y el reporte inmediato de casos sospechosos. Aunque no hay una fecha oficial para la reapertura comercial, las autoridades mexicanas esperan que, si se demuestra una contención eficaz de los brotes en México, Estados Unidos reconsidere su posición a finales de este año. Las negociaciones diplomáticas seguirán activas con la participación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y organismos sanitarios multilaterales.
Hasta entonces, la industria ganadera enfrenta una de sus crisis más severas en la última década. Mientras tanto, EU cierra puertas al ganado mexicano como medida preventiva, dejando en suspenso a miles de productores que dependen del comercio binacional para subsistir.
