Integrantes del colectivo ciudadano Cenotes Urbanos localizaron un tesoro oculto bajo el tren maya, una olla de origen prehispánico enterrada bajo las profundidades de una cueva a escasos metros de las vías del controvertido Tren Maya, en el tramo 5 Sur.
Un portal al pasado en medio de la modernidad
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ya tomó acción para rescatar y preservar esta joya arqueológica. El colectivo hizo el descubrimiento a finales de marzo, pero decidió mantenerlo en secreto por cuestiones de protocolo, según relató José Urbina Bravo, integrante del colectivo y del movimiento Sélvame del Tren.
Durante una de las inspecciones, los activistas notaron una escalera de piedra que los llevó hasta una repisa natural… y allí estaba: intacta, boca abajo, como si el tiempo se hubiera detenido.
Urbina describió el momento como un “viaje mágico”, un encuentro directo con los tesoros ocultos bajo el Tren Maya.
Un hallazgo con precisión milimétrica
El equipo ciudadano, con enorme respeto y sin alterar nada, documentó el hallazgo con fotos y video, usando una regla y la palma de la mano de Urbina como referencia de tamaño. ¡Después de siglos en la oscuridad, unos ojos humanos volvieron a contemplar esta pieza arqueológica!
Aunque no se trata del primer descubrimiento del colectivo, este destaca como uno de los más simbólicos en la lucha por preservar lo que yace bajo tierra antes de que el desarrollo lo destruya.
La batalla por los secretos del subsuelo
Cenotes Urbanos es una agrupación dedicada a la ciencia ciudadana y la conservación subterránea. Fundada por el biólogo Roberto Rojo García, lucha contra la degradación de los cuerpos de agua y cavernas que, en muchos casos, se encuentran contaminados por la actividad humana.
- Los cenotes y cuevas que protegen son una red hídrica vital para el ecosistema de la región.
- Las obras del Tren Maya han puesto en riesgo estas estructuras, abriendo paso a daños irreversibles.
- Pero en medio del caos, surgen estos tesoro oculto bajo el Tren Maya que nos recuerdan la riqueza de nuestro pasado.
Este hallazgo arqueológico es mucho más que una vasija: es una llamada de atención, una advertencia que emana desde el corazón de la tierra. ¿Cuántos otros tesoro oculto bajo el Tren Maya aguardan ser descubiertos antes de que sea demasiado tarde?