La mañana de este Viernes Santo inició con fuerza emocional la 182 representación del Viacrucis en Iztapalapa, una de las tradiciones religiosas más importantes de México. Desde muy temprano, cientos de nazarenos salieron a las calles con cruces de madera, cumpliendo mandas en un acto de fe que conmueve a toda la capital.
Una multitudinaria jornada de fe en Iztapalapa
Los ocho barrios reviven la Pasión de Cristo
Desde niños hasta adultos mayores, muchos caminaron descalzos, otros con sandalias, cargando cruces en sus espaldas por las calles del centro de Iztapalapa. La tradición marca el recorrido por los ocho barrios, donde la comunidad se vuelca a revivir los últimos momentos de Jesús.
Este año, nuevamente Julio Olivares representa a Cristo. En la Casa de los Ensayos, decenas de personas se congregaron para observar su “encarcelamiento”, dando inicio al drama sacro más importante del país. La representación no solo es un acto religioso, sino un fenómeno cultural de impacto nacional.
Viacrucis en Iztapalapa: tradición viva y emotiva
La fe se mantiene firme pese al calor
Durante el Viacrucis en Iztapalapa, las escenas del Concilio, los azotes y la sentencia a muerte de Jesús se llevan a cabo en la Macroplaza, ante miles de asistentes. La representación culmina con la Ruta de la Pasión, donde se escenifican las caídas y la crucifixión en el Cerro de la Estrella.
A pesar del sol intenso, los feligreses no se detienen. El fervor supera el cansancio y el dolor, dando lugar a uno de los eventos más significativos de la Semana Santa en México. Aquí también se vivió con intensidad la participación de los 12 apóstoles, quienes acompañaron el recorrido como parte fundamental del acto.
Preparativos y devoción en cada rincón
La Casa de los Ensayos y la Macroplaza como epicentros
En la Casa de los Ensayos, los participantes afinan cada detalle previo a las escenas más simbólicas del Viacrucis. Mientras tanto, en la Macroplaza, la emoción crece a cada instante. La organización es milimétrica, desde la llegada de los actores hasta la disposición del público y medidas de seguridad.
La comunidad iztapalapense ha demostrado una vez más su compromiso con esta tradición, en la que la devoción y el sentido de pertenencia se manifiestan a través de generaciones.
Impacto cultural y religioso del evento
Un símbolo de identidad para todo el país
El Viacrucis de Iztapalapa no solo es una representación religiosa, también es un reflejo del valor cultural del pueblo mexicano. Atrae a miles de visitantes y se transmite por medios nacionales. Además, se convierte en un espacio donde la comunidad fortalece sus vínculos sociales y espirituales.
La devoción católica en la Semana Santa es parte esencial del alma mexicana. Esta expresión de fe popular es reconocida incluso a nivel internacional, por su organización y simbolismo.
Otra muestra de cómo las tradiciones mexicanas religiosas siguen vivas en el corazón del pueblo y se adaptan con fuerza a los tiempos modernos.