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Quintana Roo

Quintana Roo: principal puerta de entrada del cigarro pirata a México

El contrabando de cigarrillos piratas en Quintana Roo no solo pone en riesgo la salud de los consumidores, sino que también provoca pérdidas millonarias al gobierno. Al menos 24 millones de pesos se pierden diariamente debido a la evasión de impuestos de estos productos ilegales.

Quintana Roo ha sido nuevamente identificado como uno de los puntos clave para el ingreso de cigarrillos piratas al país. Este comercio ilegal, que afecta gravemente tanto a la salud pública como a la economía, genera pérdidas considerables para el gobierno federal, ascendiendo a más de 24 millones de pesos diarios. El cigarro pirata, cuya procedencia no cumple con los estándares sanitarios, resulta mucho más dañino para los consumidores en comparación con el cigarro legal y representa una competencia desleal en el mercado mexicano.

Esperanza Ortega, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA), explicó que la evasión de impuestos generada por el comercio de tabaco ilegal es alarmante. Los impuestos que no son recaudados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), representan pérdidas anuales estimadas en 15 mil millones de pesos.

La gravedad del contrabando: cifras y rutas

Según Ortega, los últimos reportes de las autoridades reguladoras del mercado del tabaco revelan que, en México, 20 de cada 100 cigarros consumidos son ilegales. De estos, al menos 12 provienen del contrabando que ingresa a través de la frontera entre Quintana Roo y Belice. Esta frontera ha sido un punto clave para el transporte de cigarrillos piratas desde hace más de una década.

Informes de la Agencia Nacional de Aduanas, desde el año 2007, ya habían alertado sobre la entrada de camiones que cruzan el Río Hondo, cargados con toneladas de cigarrillos de origen hindú y chino. Estos productos son almacenados en grandes bodegas en la Zona Libre de Belice, desde donde inician su trayecto hacia México. La ruta principal de distribución incluye la carretera 186 Chetumal-Escárcega, que lleva los productos hasta puntos de venta clave como Tepito, en la Ciudad de México, donde los cigarrillos se comercializan a precios considerablemente más bajos que los originales.

A lo largo de los años, los precios de estos productos ilegales han aumentado, pero siguen siendo mucho más económicos que los legales. Actualmente, un cigarrillo pirata puede encontrarse en el mercado a precios de entre 30 pesos, en comparación con los 89 pesos que cuesta una cajetilla original.

El impacto del precio bajo en el consumo

Cuauhtémoc Rivera, dirigente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), explicó que el éxito de estos cigarrillos piratas se debe, en gran medida, a su precio accesible. En un contexto económico en el que el consumidor promedio tiene recursos limitados, productos como el cigarro ilegal, que cuestan hasta cuatro veces menos que los originales, se vuelven muy atractivos.

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Rivera subrayó que el bajo costo de estos productos, aunque deficientes en calidad y sin cumplir con normativas sanitarias, resulta irresistible para muchos consumidores, especialmente los jóvenes. “Cuando una persona con poco poder adquisitivo enfrenta la opción de elegir entre un producto barato, aunque deficiente, es probable que opte por lo más económico, especialmente en productos de consumo diario como el tabaco”, explicó.

El reto para las autoridades: decomisos y rutas ilegales

Aunque en los últimos años se han intensificado los operativos para frenar el contrabando de cigarrillos ilegales en la frontera sur del país, este comercio ilícito sigue encontrando nuevas formas de ingresar al territorio nacional. Según información proporcionada por la Guardia Nacional en una conferencia matutina del presidente en agosto de 2023, las rutas tradicionales han cambiado y ahora los contrabandistas utilizan caminos improvisados en la selva de Quintana Roo para evadir los controles aduaneros.

A pesar de que las autoridades han logrado decomisar camiones llenos de cigarros piratas en puntos de control clave, como la aduana de Subteniente López Mateos, estos esfuerzos no han sido suficientes para detener completamente el flujo de productos ilegales. Una vez que los cargamentos cruzan la frontera, los cigarrillos son distribuidos en comunidades limítrofes entre Quintana Roo y Campeche, desde donde se organizan envíos hacia el resto del país.

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