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Diego Santoy Riveroll, el “asesino de Cumbres”, obtiene título universitario desde prisión
Diego Santoy Riveroll, condenado a más de 71 años de prisión por los asesinatos de los hermanos de su entonces pareja en 2006, se graduó como licenciado en Derecho y Ciencias Sociales mientras cumple su sentencia en el centro penitenciario de Cadereyta.
Diego Santoy Riveroll, conocido en todo México como el “asesino de Cumbres”, ha alcanzado un nuevo hito en su vida, aunque esta vez, lejos de la violencia que lo llevó a la cárcel. Santoy, quien cumple una condena de más de 71 años de prisión por los brutales asesinatos de Erick Azur y María Fernanda Peña Coss, hermanos menores de su entonces novia Erika Peña Coss, ha logrado obtener su título universitario en Derecho y Ciencias Sociales.
El viernes pasado, Santoy fue uno de los 20 reclusos del centro penitenciario en Cadereyta que se graduaron después de completar cinco años de estudios en línea a través de la Universidad Ciudadana de Nuevo León. Este logro académico es notable considerando las circunstancias en las que se encuentra, y ha sido visto por algunos como un ejemplo de resiliencia y capacidad de superación, a pesar de su pasado criminal.
El senador emecista y exalcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, fue quien dio a conocer la noticia a través de sus redes sociales. Colosio compartió fotografías de la ceremonia de graduación, acompañadas de un mensaje en el que celebró el esfuerzo y compromiso de los graduados: “Hoy reconocemos el esfuerzo, la resiliencia y el compromiso de 20 personas privadas de su libertad, que pudieron estudiar su carrera y graduarse”, escribió.
El nombre de Diego Santoy Riveroll se hizo tristemente célebre la noche del 2 de marzo de 2006, cuando irrumpió en la casa de la familia Peña Coss en la colonia Cumbres de Monterrey. En un ataque que estremeció al país, asesinó a sangre fría a Erick Azur, de tan solo 7 años, y a María Fernanda, de 3. Además, intentó asesinar a Erika Peña Coss, quien sobrevivió al ataque pero quedó marcada para siempre por la tragedia.
El caso fue uno de los más impactantes en la historia reciente de México, no solo por la brutalidad de los hechos, sino también por las múltiples interrogantes que surgieron durante el juicio, incluidas las inconsistencias en las declaraciones de Erika Peña Coss, quien luego rehizo su vida manteniendo un bajo perfil desde entonces.
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