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Elecciones en Irán dentro de 50 días tras la muerte de Raisi: el hijo del líder supremo podría asumir el cargo

La muerte de Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el domingo plantea incertidumbres sobre el futuro liderazgo de Irán, aunque no se esperan cambios inmediatos en el sistema de gobierno, controlado por el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.

El fallecimiento del presidente Raisi, considerado el principal candidato para suceder a Jamenei, podría complicar la sucesión y provocar tensiones adicionales en la ya inestable política iraní.

La repentina muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en un accidente de helicóptero el pasado domingo, ha generado incertidumbre sobre el futuro político del país. Aunque es improbable que este suceso provoque cambios inmediatos en las políticas o el sistema de gobierno, el cual es decidido en última instancia por el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, sí podría tener repercusiones a largo plazo en la sucesión del liderazgo iraní.

Ebrahim Raisi, quien había sido visto como el sucesor más probable de Jamenei, ahora deja un vacío que podría hacer más probable que el puesto recaiga en el hijo del líder supremo, Mojtaba Jamenei. Esta posible sucesión hereditaria plantea una crisis de legitimidad para la República Islámica de Irán, fundada como una alternativa a la monarquía, pero que muchos ciudadanos consideran un régimen corrupto y autoritario.

La muerte de Raisi podría complicar la transición hacia un nuevo líder supremo, potencialmente provocando disturbios y aumentando las tensiones internas. En Irán, aunque se celebran elecciones periódicas para elegir al presidente y al parlamento mediante sufragio universal, el líder supremo tiene la última palabra sobre todas las políticas importantes, actúa como comandante en jefe de las fuerzas armadas y controla la Guardia Revolucionaria. Además, nombra a la mitad del Consejo de Guardianes, un organismo clerical que evalúa a los candidatos a presidente, al parlamento y a la Asamblea de Expertos, el cuerpo encargado de elegir al líder supremo.

En teoría, los clérigos supervisan la república para asegurar que cumpla con la ley islámica. En la práctica, el líder supremo maneja cuidadosamente el sistema gobernante para equilibrar intereses en competencia, promover sus propias prioridades y garantizar que nadie desafíe la República Islámica o su propia función en la cima del poder. Raisi, un conservador y protegido de Jamenei, fue elegido presidente en 2021 después de que el Consejo de Guardianes impidiera que otros candidatos conocidos se postularan contra él, resultando en la participación más baja en la historia de la República Islámica.

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Con la muerte de Raisi, el vicepresidente Mohammad Mojber ha asumido como presidente interino, y según la Constitución de Irán, deben celebrarse elecciones en un plazo de 50 días. Es probable que esta votación sea cuidadosamente gestionada para producir un presidente que mantenga la situación actual. Esto significa que Irán continuará con su régimen islámico, reprimiendo la disidencia, enriqueciendo uranio, apoyando a grupos armados en Medio Oriente y manteniendo una profunda desconfianza hacia Occidente.

Si se producen cambios significativos en Irán, es probable que ocurran después del fallecimiento del ayatolá Jamenei, cuando se elija un nuevo líder supremo por segunda vez desde la Revolución Islámica de 1979. Jamenei sucedió al fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhola Jomeini, en 1989. El próximo líder supremo será elegido por la Asamblea de Expertos, un cuerpo de 88 juristas elegidos cada ocho años entre candidatos evaluados por el Consejo de Guardianes.

Las discusiones sobre la sucesión del liderazgo en Irán, o cualquier maquinación relacionada, ocurren lejos del ojo público, lo que dificulta saber quién podría estar en la carrera. Sin embargo, los analistas consideran que los dos candidatos con más probabilidades de suceder a Jamenei eran Raisi y el propio hijo del líder supremo, Mojtaba Jamenei, un clérigo chiíta de 55 años que nunca ha ocupado un cargo gubernamental.

La posible transferencia de poder del líder supremo a su hijo podría provocar indignación, no solo entre los iraníes que ya critican al gobierno clerical, sino también entre los partidarios del sistema que podrían verlo como contrario a los principios islámicos.

En las elecciones más recientes, en marzo, a Hasán Ruhani, el anterior presidente relativamente moderado, se le prohibió postularse, mientras que Raisi ganó un escaño en la Asamblea de Expertos. La muerte de Raisi deja un escenario político incierto, con la sucesión del liderazgo iraní nuevamente en el centro del debate.

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