Un conductor de Uber fue víctima de un ataque con ácido perpetrado por un taxista del sindicato “Andrés Quintana Roo” en Cancún. La agresión dejó daños en el vehículo de transporte privado y evidencia la tensión entre los dos gremios.
En un lamentable incidente ocurrido en Cancún, un conductor de la plataforma Uber fue víctima de un violento ataque con ácido a manos de un taxista afiliado al sindicato “Andrés Quintana Roo”. El suceso tuvo lugar en las afueras del Hotel Bonampak durante la tarde de un sábado en Quintana Roo.
La víctima, cuya identidad se mantiene en el anonimato por motivos de seguridad, relató cómo transcurrieron los hechos. Según su versión, mientras atendía una solicitud de servicio privado en el Hotel Bonampak, el taxista se aproximó a su vehículo de Uber y arremetió arrojando ácido corrosivo. El incidente provocó daños notables en el retrovisor y la pintura del automóvil afectado.
“Estaba recogiendo a un cliente en el Hotel Bonampak y en un acto inesperado, el taxista lanzó ácido que impactó en mi retrovisor y la pintura del auto. Decidí contactar a la policía y al confrontar al taxista, admitió que su agresión era una respuesta a nuestra operación ‘ilegal'”, compartió el conductor de Uber afectado.
La reacción de la víctima fue inmediata. Luego de la agresión, contactó a las autoridades a través de la línea de emergencia 911. La Policía Municipal de Benito Juárez intervino y procedió a detener al taxista responsable del ataque. Sin embargo, en un giro inesperado, el agresor intentó evitar las consecuencias legales al proponer un acuerdo económico para reparar los daños ocasionados.
Ante la insistencia del taxista, el conductor de Uber aceptó el arreglo económico propuesto. “Una vez que la patrulla llegó al lugar y arrestaron al taxista, este se desesperó y suplicó que llegáramos a un acuerdo. Al final, terminó pagándome 2 mil pesos para reparar los daños”, reveló el conductor de Uber afectado. Su decisión de aceptar el trato estuvo motivada por la intención de evitar trámites burocráticos y pérdida de tiempo en el Ministerio Público, especialmente en un momento de alta demanda laboral debido a las vacaciones de verano.
