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El día en que Oppenheimer estuvo en México; “Es necesario rehacer las instituciones humanas”
El padre de la bomba atómica y figura del cine contemporáneo pisó una vez tierras mexicanas.
Uno de los momentos más esperados del verano cinematográfico era la película que nos contaría la historia de Robert Oppenheimer, el científico que lideró el proyecto para construir la bomba atómica.
Sin embargo, después de lograrlo y darse cuenta del poder destructivo que había creado, Oppenheimer se arrepintió profundamente, autodenominándose como “el destructor de mundos” e iniciando una campaña en contra de su propia invención.
La vida de Robert Oppenheimer tomó un giro inesperado cuando decidió dedicarse a dar conferencias y advertir sobre los peligros de la deshumanización de las instituciones. En su peregrinaje, llegó a México para ofrecer una conferencia titulada “Meditaciones sobre la ciencia y la cultura” en el Instituto México-Norteamericano de Relaciones Culturales en 1962.
Durante su estancia en México, Oppenheimer elogió la belleza y la riqueza cultural del país: “Es un privilegio y un placer ser huésped de esta ciudad, justamente reconocida por su gran belleza y su larga historia de amor a la cultura”. Sin embargo, también compartió sus preocupaciones sobre la falta de comunicación entre las naciones y cómo esto había llevado al desarrollo de la bomba atómica.
Para Oppenheimer, la clave para la paz radicaba en la comunicación y la comprensión mutua. Lamentablemente, consideraba que la capacidad de comunicarnos efectivamente se estaba perdiendo con el tiempo. La bomba atómica, en su opinión, era un símbolo del fracaso en la comunicación y en la falta de avance moral en paralelo a los avances científicos y tecnológicos.
El científico enfatizaba que los avances tecnológicos en sí mismos no eran culpables, sino más bien la falta de moralidad en la humanidad. Para él, el progreso científico debía ir de la mano con el crecimiento ético, y era responsabilidad de la sociedad asegurarse de que ambos aspectos avanzaran en conjunto.
“Cuando nos lamentamos de los notables avances en la ciencia y la tecnología sin haber logrado un progreso moral comparable, incurrimos en una falta absoluta”, declaró Oppenheimer en su discurso. Por lo tanto, instó a la necesidad de reformar las instituciones humanas para fomentar la paz y el progreso ético.
La visita de Oppenheimer a México dejó un mensaje poderoso sobre la importancia de la responsabilidad ética en el avance científico y tecnológico.